La silla Mar del Plata
, mucho mas que un ícono.Las sillas de mimbre de Mar del Plata son un ícono histórico y cultural de la ciudad.
En un acontecimiento trascendental ocurrido hace algunos años, la
silla Mar del Plata
experimentó un reconocimiento significativo que resaltó su importancia y la
consolidó como un auténtico símbolo de la ciudad. Mediante la promulgación de
la ordenanza municipal número 2290 el 4 de junio, esta silla modesta y
discreta recibió el prestigioso título de Patrimonio Histórico, Simbólico,
Social, Artístico y Cultural. Este reconocimiento oficial realzó su estatus y
resaltó su arraigo en la identidad local, subrayando su significado y su
relevancia en la historia de Mar del Plata.
La designación oficial de la silla Mar del Plata como Patrimonio
Histórico es un testimonio de la importancia de valorar y preservar nuestro
legado cultural, incluso en objetos aparentemente simples como una silla. Este
reconocimiento nos recuerda que incluso en las cosas más comunes y modestas
puede residir un valor y un significado profundos, que merecen ser protegidos
y apreciados por las generaciones futuras. La silla, con su modestia y su
cautivadora historia, se ha consolidado como un ícono inconfundible de la
ciudad, recordándonos la importancia de preservar y honrar nuestras
tradiciones y patrimonio cultural.
Más allá de su función utilitaria, esta silla ha adquirido un significado
profundo para los habitantes de MdP. Mientras que muchas sillas pueden
representar una época, un lugar o un propósito específico, la silla MdP
se ha convertido en un símbolo inseparable de la ciudad misma. Con el paso del
tiempo, ha sido testigo de los cambios y progresos en Mar del Plata, ganando
un status venerado que evoca una profunda nostalgia en aquellos que la
conocen.
La silla Mar del Plata, confeccionada artesanalmente en mimbre, ha dejado una huella imborrable en los balnearios de la ciudad a lo largo de los años y tambien de otras ciudades costeras como Villa Gesell, Pinamar, San Bernardo, San Clemente. Sus características distintivas, como el asiento redondeado y tejido y el respaldo curvado, la hacen sobresalir entre otras sillas comunes.
Los orígenes precisos de la silla Mar del Plata aún son un enigma sin
una documentación precisa que registre su fecha de creación o los nombres de
sus creadores. Sin embargo, existe una teoría ampliamente aceptada que sugiere
que alrededor de 1912, artesanos del mimbre de origen francés, que residían en
Uruguay estuvieron en MdP y participaron de la construccion
del puerto , podrían haber sido los primeros artesanos de estas sillas durante
su tiempo libre. Aunque esta hipótesis carece de confirmación definitiva,
brinda una explicación razonable sobre el origen de esta icónica silla.
Desde entonces, la silla ha sido testigo de la evolución de la ciudad y se ha mantenido como un símbolo arraigado en la identidad de Mar del Plata. A pesar de los intentos de otras sillas por rivalizar con ella, ninguna ha logrado igualar su profunda conexión histórica y espiritual con la ciudad. Este objeto sencillo se ha convertido en una parte esencial de la experiencia de visitar u hospedarse en Mar del Plata, y representa la tradición y el legado de sus habitantes.
El mimbre, un material resistente y duradero, fue utilizado en su fabricación
debido a sus propiedades naturales y su capacidad para resistir las
inclemencias del tiempo y la exposición al mar. El diseño anatómico y cómodo
de las sillas, junto con su practicidad al ser apilables, las convirtieron en
una elección popular para los días de verano en la playa.
Aunque no hay evidencia de que las sillas de MdP sean una imitación de diseños extranjeros, se puede apreciar cierta influencia de la elegante Biarritz francesa y otras playas europeas. Sin embargo, la creación de estas sillas es considerada una obra autóctona de la ciudad, sin registros claros sobre su autoría. Los fabricantes de renombre, como Jaime Ortells y la canastería "La Obrera", contribuyeron significativamente a la producción y distribución de estas sillas durante décadas, abasteciendo a los balnearios locales y otras localidades costeras.
Los Ortells son reconocidos en Mar del Plata por su destacada participación en la fabricación de las sillas de mimbre. Jaime Ortells, miembro de la familia, fue un artesano y empresario visionario que estableció su propio taller de mimbre en la década de 1930. Con habilidad y pasión, Jaime y su familia se dedicaron a perfeccionar la técnica de tejido del mimbre y a producir sillas de alta calidad que se convirtieron en referentes en la industria. Gracias a su compromiso y talento, los productos de la familia Ortells se ganaron una sólida reputación y se convirtieron en un estándar de excelencia en el mercado.
Por otro lado, la familia Cano también dejó su huella en la historia de
las sillas de mimbre de MdP. Conocidos por su habilidad en la carpintería y la
canastería, los hermanos Cano fueron artesanos destacados en la ciudad. Junto
con la familia Ortells, los Cano contribuyeron a la producción y
comercialización de las sillas de mimbre, garantizando su calidad y su
presencia en los balnearios y hogares de la región. Su trabajo en conjunto con
otros fabricantes y distribuidores permitió que las sillas de mimbre
alcanzaran un estatus prominente y se convirtieran en símbolos reconocibles de
la identidad marplatense.
A pesar de su importancia histórica y su status como símbolo de identidad de Mar del Plata, las sillas de mimbre han sido reemplazadas en gran medida por sillas y reposeras de plástico. El declive de la producción artesanal de estas sillas se atribuye a factores como la apertura de importaciones y la preferencia por materiales más modernos. Las sillas formaron parte del paisaje urbano, se las veia por doquier, en los restaurants de Mar del Plata, los hoteles de Mar del Plata, en las playas de Mar del Plata, hasta que de a poco, sin que todos nos dieramos cuenta, fueron desapareciendo y reemplazadas por el plástico, la artesania por lo industrial. Aunque las sillas de mimbre ya no son tan comunes en las playas, su legado perdura como un testimonio de la tradición y la artesanía local, representando una época pasada de esplendor y elegancia en la ciudad costera argentina.